Se trataba de la Organización Igualdad Animal. Un grupo de personas portaba láminas, nada agradables, sobre animales con la intención de hacernos tomar conciencia del sufrimiento que soportaban para que nosotros estuviésemos alimentados cuando, ciertamente, es posible vivir sin consumir carne.
Esta iniciativa me llamó la atención (más por la crudeza de las imágenes que por el mensaje) y, al llegar a casa, me interesé por conocer su página web. Una vez en ella, la información me fue llevando a otras páginas que, a su vez, me dirigían a otras y acabé en www.mataderos.info, donde paré en seco.
Un portal completamente en negro, ya por sí llama la atención. Tenebroso, con una imagen principal terrorífica (una persona, de la que sólo se ven las piernas, viste una bata blanca manchada de sangre y pisa un charco enorme de esta sustancia). En letras enormes, la palabra “mataderos” y, a continuación la explicación: “Una investigación de Igualdad Animal sobre los mataderos de España“. Con esta presentación, ¿cómo no me voy a interesar?
Pero lo mejor es que se trata de un trabajo de investigación. No es humo. Un equipo de esta Organización Internacional logró infiltrarse en cinco mataderos de la península y comprobar, in situ, la forma de actuación de los trabajadores, el sufrimiento real de los animales en su muerte, cómo se les trata… Y, aparte de presentar un informe y diversas entrevistas a veterinarios, también muestran vídeos escalofriantes. (A los que aman a los animales les recomiendo que no vean el material audiovisual).
Aunque es un trabajo que vio la luz a principios de 2008, los medios de comunicación nacionales tendrían que poner más hincapié en esta realidad.
“Hemos visto decenas de corderos asustados que son colgados vivos boca abajo que acaban bañados en su propia sangre y que tratan inútilmente de escapar ante la vista de los demás…” - Puede leerse en la página de la Organización -”Animales tan hambrientos y desesperados que se comen sus propios excrementos”. ”Hemos visto todo esto y lo hemos grabado para poder hacerlo público y hablar por esos animales y exigir que les respetemos como merecen y dejemos de utilizarles”.