28 años han pasado desde que el 5 de junio de 1981 científicos estadounidenses identificaran los primeros casos del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). Desde entonces, la epidemia del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) se ha propagado por todo el mundo. Según el Informe 2008 de ONUSIDA (el programa de las Naciones Unidas contra el SIDA), se estima que al final del pasado año había entre 30 y 36 millones de personas en todo el mundo que vivían con el VIH.
El doctor
Rafael Nájera Morrondo, experto en la evolución del VIH y sus recombinantes en el Instituto Carlos II de Madrid y director del Área de Patogenia Viral; y el doctor
José Alcami Pertejo, coordinador de la Red Española de Investigación de SIDA y director del Laboratorio de Inmunopatología del SIDA del Instituto Carlos III de Madrid, investigan con mucho afán esta pandemia y responden a nuestras preguntas.
El SIDA es una enfermedad infecciosa producida por un virus denominado VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Humana). La infección de un ser humano por el VIH inicia un proceso de destrucción del sistema de defensas del individuo que, si no se trata debidamente, acaba matándole. Dicha destrucción de las defensas del afectado es lenta (tarda meses o años) pero inexorable. Llega un momento en que el paciente está prácticamente indefenso frente a cualquier tipo de infección y tiene mayores posibilidades que un sujeto sano para desarrollar tumores malignos.
Ser seropositivo y tener la enfermedad del SIDA no es lo mismo. Cuando el virus (VIH) entra en el interior de nuestro organismo circula por el torrente sanguíneo y se distribuye por todo el cuerpo. Es entonces cuando el sistema de defensas produce anticuerpos que atacan al virus, aunque sin éxito. Las personas cuya sangre nunca ha estado en contacto con el VIH no muestran estos anticuerpos en los análisis, es decir, son seronegativos. Con el tiempo, si los pacientes seropositivos no reciben tratamiento, terminarán desarrollando problemas relacionados con el virus y, por lo tanto, la enfermedad del SIDA.
Panorama mundial (Informe ONUSIDA 2008).El pasado año 2008, el número de casos de SIDA se estabilizó, aunque continuaron produciéndose un elevado número de muertes por esta causa (2 millones de personas). El 67% de los enfermos viven en el África subsahariana y cada día se producen en el mundo 7.500 nuevas infecciones.
Entre los países con mayor número de infecciones se encuentran Indonesia, Kenia, Mozambique, Papúa Nueva Guinea, Ruanda, Zimbabue, Vietnam y Australia. China y Rusia son dos de los países donde más han aumentado los casos de contagio. Los países con mayor número de infectados se siguen encontrando en África, epicentro mundial de la epidemia.
Soluciones a la enfermedad.
La solución definitiva de la epidemia requiere que no se infecten nuevas personas con el VIH. La vacuna está aún por llegar. El alto grado de variabilidad del virus hace complejo el desarrollo de la misma. Dentro de lo que los científicos conocen como grupo M del VIH-1 (es decir, el virus que causa la epidemia) existen numerosos subtipos y sub-subtipos. Las vacunas funcionan porque hacen que el sistema de defensa produzca anticuerpos que actúan como misiles biológicos dirigidos frente a los virus y que los neutralizan. En el caso del VIH las vacunas que se han desarrollado no funcionan porque el virus “oculta” las zonas de la proteína que lo recubre haciéndola invisible a los anticuerpos. Actualmente existe una investigación muy activa para conseguir vacunas que “desenmascaren” el virus o que induzcan anticuerpos capaces de alcanzar esas regiones del virus que se encuentran “ocultas”. En estos trabajos se cifran muchas de las esperanzas puestas en conseguir un reto tan difícil.
Otra alternativa sería que se aplicaran medidas de prevención de forma estricta en cualquiera de las situaciones en las que puede haber una transmisión. La prevención se consigue tratando a las madres infectadas para que no transmitan el virus a sus hijos, utilizando métodos barrera (preservativos) en las relaciones sexuales o controlando que los usuarios de drogas intravenosas no intercambien jeringuillas. El que esto se cumpla en el 100% de los casos no siempre es realista debido a la dificultad para hacer llegar estos mensajes y facilitar los medios en países en desarrollo, o convencer a todos los sujetos que pueden infectarse para que siempre tomen estas medidas. Por estas razones, una vacuna eficaz sería realmente la solución definitiva.
El trabajo de los investigadores.
Como la mayor parte de la investigación biomédica, la investigación sobre el SIDA se realiza por grupos en diferentes instituciones. Los resultados de los laboratorios de investigación, sean privados o públicos, se dan a conocer constantemente en congresos y reuniones científicas o mediante su publicación en revistas especializadas. Desde que hace 25 años se alertó de la epidemia se han publicado 230.000 artículos en revistas científicas sobre esta enfermedad, lo que supone más de un artículo por hora. La complejidad del problema es tan grande que un laboratorio aislado no puede responder a las nuevas preguntas que se plantean. Por eso, la investigación sobre el SIDA ser realiza cada vez más en colaboración mediante trabajos conjuntos por varios grupos, a veces de países diferentes.
También existen organizaciones que realizan una labor eficaz como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o las grandes instituciones oficiales financiadoras de investigación a nivel mundial como los Institutos Nacionales de Sanidad (NIH) de Bethesda (USA), los Centros para el Control de la Enfermedad (CDC) de Atlanta (USA) o las fundaciones sin ánimo de lucro, como la Bill Gates, Rockefeller y Carnegie.
La complejidad del problema es tan grande que un laboratorio aislado no puede responder a las nuevas preguntas que se plantean. El nivel de comunicación entre los grupos de trabajo es bueno, lo que no excluye (como ocurre también con respecto a otras enfermedades y medicamentos) que existan grandes laboratorios farmacéuticos con su propia investigación, donde existe un interés comercial.
El acceso a una hipotética vacuna.En el caso de que se encontrara la vacuna contra el SIDA, lo que preocupa es si todas las personas de cualquier continente tendrían acceso a ella, ya que los tratamientos antirretrovirales eficaces que existen actualmente no se reparten entre los afectados de los países sin recursos. Dependerá de la institución que la consiga desarrollar y regular. No obstante, el tema está siendo motivo de debate para asegurar que aún en el caso de que fuera una empresa comercial quien lo consiguiera, la vacuna pudiera estar disponible a través de organizaciones internacionales (OMS, ONUSIDA) para todos. La inmensa mayoría de los científicos creen que el acceso a la vacuna tendría que ser inmediato y gratuito por parte de quien no puede pagarla. Además, se estaría hablando de una o dos dosis que protegerían a países enteros de morir en los próximos años, no tratamientos de por vida como los de ahora. La sociedad estaría obligada a hacer un esfuerzo de solidaridad sin precedentes.
El origen del SIDA.
Al inicio de la epidemia el SIDA era una enfermedad nueva, el virus era desconocido y por ello se creó una gran alarma social. Muy pronto se vio que era una enfermedad infecciosa y en el año 1983 se aísla el virus del SIDA en el Instituto Pasteur. Esta es la explicación de la enfermedad: el SIDA está producido por un virus. La relación entre el VIH y el SIDA es más fuerte que la que existe entre el cáncer de pulmón y el tabaco. Algunos científicos defienden que el SIDA no lo produce el VIH, pero no han podido demostrar hasta hoy ni que esto es cierto ni que la teoría viral es falsa.
Respecto al origen del virus se han difundido muchas teorías: que es un virus creado en el laboratorio o que fue consecuencia de la vacuna contra la polio que fue contaminada por el virus del SIDA. Se ha demostrado que el virus del SIDA no infectó al hombre a partir de una preparación de vacunas: esta hipótesis se ha analizado a fondo y se ha descartado. Otra teoría es que se hubiera podido fabricar el virus en un laboratorio militar o fuera debido a un experimento. Si esto fuera cierto, si los científicos dispusieran de la tecnología necesaria para fabricar un virus como el del SIDA tendrían fácilmente los medios para desarrollar un antivirus. Desgraciadamente, el virus del SIDA es demasiado complejo para que puedan fabricarlo o generar un antídoto.
El virus humano procede de un virus simio, el del chimpancé, que a su vez está relacionado con otros virus simios. Es por tanto probable que el virus saltará del chimpancé al hombre a través de contactos con sangre de monos cazados para su consumo, y que en un momento dado se produjera la adaptación del virus para saltar de hombre a hombre, iniciándose así la pandemia. Aunque el primer caso documentado de infección data de 1959 en territorio de la actual República Democrática del Congo, análisis recientes indican que el origen del antecesor común de los subtipos responsables de la inmensa mayoría de infecciones a escala global se ubica en África Central y se remonta hacia 1930. Esta teoría desecha la hipótesis de la introducción del virus a partir de vacunas contra la polio, ya que dichas campañas fueron llevadas a cabo entre 1957 y 1960 en África Central. Este salto del chimpancé al hombre es hoy la hipótesis más probable sobre el origen del virus y se sigue investigando.
